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IGUALADO. El choque no tuvo un denominador claro. /J. N.
Tres minutos negros estropean el debut Diego Herrera
LA FICHA

Tres minutos negros estropean el debut Diego Herrera

El Roquetas planta cara a un Cádiz superior, pero que sólo cobró ventaja en el arranque de la segunda parte Un penalti riguroso abrió la cuenta amarilla

VÍCTOR J. HERNÁNDEZ BRU

Lunes, 1 de septiembre 2008, 04:42

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NO pudo comenzar con buen pie el CD Roquetas su andadura en la Segunda División B. Los rojillos debutaban 'con picadores', puesto que recibían en su campo a un equipo que no ya es que estuviera en Primera hace tan sólo tres campañas, sino que además mantenía sus dudas en cuanto a poder ser 'de Plata' hasta anteayer, el Cádiz CF.

No lo hicieron mal los roqueteros durante 87 de los 90 minutos de juego, plantando cara al rival, con solidez defensiva, descaro a la hora de ganar metros y ocasiones de gol, sobre todo en la cabeza de su referencia arriba, un Diego Herrera que, con sus hechos, promete goles y espectáculo.

Pero a los de Ramón Florit se les vino el mundo encima en tan sólo tres minutos fatídicos y letales, en el arranque de la segunda mitad, con dos goles, uno de ellos de dudoso penalti, que le servían el choque en bandeja a un Cádiz que fue mejor en líneas generales, pero que bien pudo haberse dejado algún punto, e incluso los tres, en el 'Antonio Peroles', aunque un Roquetas que pudo hacer más de lo que dejó 'dicho' en el marcador.

De menos a más

La primera ocasión clara de peligro llegaba ya en el minuto 9, con un balón adelantado de Fleurquin sobre la defensa local, que el delantero Carlos intentaba convertir en una vaselina por encima de la salida de Toni Bernal, pero que el cancerbero roquetero 'cazó' bien, desviando el peligro. El Cádiz había salido dominando el juego, el tempo y el peligro, ante un Roquetas que, salvo en alguna aparición arriba de Diego Herrera, mostrando clase y credenciales, hasta ese momento sólo se defendía.

Así, la segunda del Cádiz llegaba en el 14, con un jugadón de Víctor que, tras autopase ante Xabi Sánchez, adelantaba el cuero sobre el desmarque de Enrique, que algo escorado, la cruzaba demasiado y el cuero acababa en córner.

Los dos avisos sirvieron para que el Roquetas atajase el problema justo donde se estaba produciendo, que era en la línea de creación amarilla, en la medular.

Fruto de ello llegó más posesión, más profundidad y también alguna ocasión, no tan clara como las dos primeras del rival, pero sí que al menos hicieron contener la respiración al medio centenar de aficionados cadistas. Fue en el 22, con un balón adelantado sobre esa gran referencia ofensiva que está claro que, en el Roquetas, va a ser el argentino Diego Herrera. Éste, conteniendo bien el cuerpo del defensor de turno, lograba sacar un balón muy peligroso, de línea de fondo a punto de penalti, para la entrada de Jorge Pérez, que no acertó con el remate.

El Roquetas se sentía ahora mucho más cómodo e incluso llegaba a inquietar a la zaga cadista. Así, en el 38, Pepín, incorporado al ataque por su banda zurda, sembraba el área con un centro letal, pero que cogía ya adelantado a Diego Herrera, sin capacidad de remate.

El cuadro cadista devolvía la jugada cuatro minutos después, cuando Fleurquin cabeceaba solo en el área un balón nacido de un saque de falta -bastante dudosa ésta en la lateral del área- y el balón, desviado, provocó el terror en la grada.

Así, con más posesión y más ocasiones para el Cádiz, pero con un Roquetas que amenazaba, yendo de menos a más, el descanso llegaba con tablas.

Tres letales minutos

La segunda mitad comenzaba con la ocasión más clara del encuentro, hasta ese momento, para el Cádiz, que había salido lanzado sobre la portería de Toni Bernal y que, en esta ocasión, se marchaba por el carril derecho por medio de Enrique, que la ponía donde mandan los cánones, en el punto de penalti, para el remate franco y en solitario de Rubiato, entrando desde atrás, pero 'llenándose de balón' y cabeceando extremadamente alto. El Roquetas volvía a notar el 'aliento' de un Cádiz al que no le valía otra cosa que empezar ganando en el Campo Municipal Antonio Peroles de Roquetas de Mar.

Todo ello era el preámbulo del primer golpe del equipo amarillo, que llegaba en el minuto 11 de la segunda mitad cuando una internada de Rubiato terminaba con el punta amarillo en el suelo y el colegiado señalando un muy dudoso penalti, que el propio delantero se encargaba de transformar en el 0-1.

No lo encajó bien el equipo de Florit, que quiso 'tomar Zamora en una hora', abrió espacios y recibió el segundo, esta vez con centro de Cristian y remate de Juanma en el palo contrario.

En tres minutos, la sobriedad del Roquetas y su buen hacer defensivo se habían transformado en un marcador ampliamente adverso y en un encuentro ya muy cuesta arriba.

No se rindió el conjunto rojillo, que en el 16 tenía la suya, con un balón adelantado sobre De Gomar que el delantero recién entrado en el terreno de juego echaba fuera. Florit había cambiado a un interior como Luque por un punta como el propio De Gomar.

Florit puso la calma sobre el campo y su equipo comprendió que, si había de remontar, no sería perdiendo el sitio sobre el campo. Así, tocando y jugando, en el 20 llegaba su ocasión más clara, con una internada por la siniestra de Jorge Pérez, culminada en centro al corazón del área, para el remate de cabeza de Diego Herrera, superando a los rivales en potencia pero con demasía de fuerzas. Alto.

El choque se había convertido ya en un partido de ida y vuelta, con ocasiones en ambas áreas y mucha más llegada y vistosidad que en la primera mitad. En el 22, Javicho andaba camino y se plantaba en el área de castigo, pero su centro llegaba tarde, ya con tres futbolistas de su equipo en fuera de juego.

El argentino Herrera se había convertido ya en el centro de atención del ataque rojillo, en la referencia y, a la vez, en la pesadilla para los zagueros rivales.

Sus compañeros, conscientes, lo buscaban por arriba y por abajo y, en el 27, su 'compy' en la punta, Jorge Pérez, se la mandaba oblicua para que el '9' accionase el movimiento de su cuello para un espectacular remate que buscaba la escuadra contraria, aunque con centímetros de desviación.

El Cádiz también lo buscaba, para rematar el partido y para volver del todo loco el juego, ya sin cuartel ni descanso y, en el 29, gozaba de una doble ocasión, primero con Carlos y más tarde con un remate a la salida del consiguiente córner.

Los minutos finales fueron para el Cádiz que, ante un Roquetas ya roto, pudo aumentar su renta.

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